Para poder sacar el máximo provecho del espacio y no morir en el intento cuando queremos hacer cambios en nuestra vivienda o despacho o en el espacio que sea, ¿qué debemos hacer?
Existen unos puntos clave para equilibrar la funcionalidad y la estética, ya se trate de una actuación parcial por ejemplo una cocina, un baño o un dormitorio... como para una vivienda entera, un despacho, una tienda o un bar... los pasos a seguir son siempre los mismos.
Cada persona es única, tiene sus necesidades y sus costumbres, por lo tanto cada proyecto es único y personalizado, pero el método siempre es el mismo, y un buen método asegura un buen resultado.
1-ANÁLISIS DEL ESPACIO. ¿Cómo es el espacio? Hay que estudiar detenidamente el espacio, tomar medidas, ver las entradas de luz natural, los tránsitos, y definir los puntos fuertes y las debilidades del espacio.
2-OBJETIVOS DEL USUARIO. ¿Qué queremos conseguir? Es muy importante definir las necesidades del usuario. ¿Qué necesitas? ¿Cómo quieres vivir? ¿Qué estilo te gusta? Hay que definirlo a nivel funcional y estético.
3-PROYECTO. Una buena distribución es la clave de un buen proyecto. Racionalizar los espacios y hacerlos funcionales, sacar el máximo provecho de cada estancia enfatizando los puntos fuertes y buscando soluciones para minimizar las debilidades. Definir donde tiene que ir situado cada elemento, cada mueble, como se iluminará cada zona, proyectar por donde pasarán las instalaciones, escoger los materiales de paredes, pavimentos, techos, carpinterías, definir los baños, la cocina, las paletas de colores y el estilo de los muebles.
4-CONTRATACIÓN Y EJECUCIÓN. Es una de las partes más delicadas. Con el proyecto ya hecho podemos establecer los timmings de ejecución y tener un presupuesto definido. Finalmente la dirección de obra y de calidad supervisada por un profesional nos evitará sorpresas y demoras.
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